Emociones positivas

La regulación emocional es uno de los factores más importantes para expandir tu felicidad en el día a día. ¿Qué quiero decir? Hoy están en tu mano las estrategias que Quoidback y sus colegas investigadores han descubierto para que exprimas las situaciones agradables. Siguiendo estos consejos agrandarás esos sentimientos positivos, incrementando tu felicidad y bienestar.

Escoge las situaciones que te generen una emoción positiva. Todos tenemos un ranking de momentos que nos gustan porque nos sentimos contentos, a gusto y cómodos. Sólo tienes que hacer memoria y… ¡escoge uno de ellos!

• Ve a un lugar al aire libre: jardín, campo o tu propio porche. Pasea por esos lugares o siéntate a contemplar esa estampa porque este hecho en sí generará en ti un estado anímico positivo.
• Sal a cenar con tus padres o familia aunque sea de improviso ya que te proporcionará una sensación agradable.
• Pasa tiempo con buenos amigos, te hará sentir un sentimiento positivo de conexión.

Modifica la situación para expandir las emociones positivas. Siempre hay pequeños detalles que nos permiten darle un plus al evento. Por tanto, no dudes en seleccionar aquellas pequeñas cosas que pueden hacer de ese rato inolvidable.

• Escucha tu música favorita mientras estas en el jardín o en el porche. Guarda esa taza de café o té para disfrutarla con un bonito paisaje.
• Reserva por sorpresa en un restaurante que deseen tus padres y una mesa al lado de la ventana para poder deleitarse con las vistas.

Dirige tu atención hacia aspectos concretos de la situación. Un viaje no solo es especial porque lo vivimos sino también porque disfrutamos desde el momento en que lo planeamos, buscamos los lugares más interesantes e incluso cuando hablamos del tema. Si tienes una jornada dura de trabajo, (cuando digo trabajo pueden ser obligaciones, estudios) pensar en ese momento que te espera te ayuda a mejorar el ánimo y afrontar el día por muy pesado que sea.

• Imaginarnos los acontecimientos futuros aumenta nuestro nivel de felicidad. Disfrutamos planeándolo, viviéndolo: nos llena de ilusión.
• Estar deseando que llegue ese momento del día (el café, la cena o la compañía) con el que vamos a disfrutar expande nuestro estado de ánimo positivo al tener ese evento tan agradable para nosotros después de un día de trabajo.
• Prestar atención plena a los pequeños detalles: la compañía, la historia que relata uno de los comensales, las flores de la mesa; han sido demostrados como algunos de los elementos que intensifican nuestro bienestar.

Cambia la evaluación de la situación. Una misma situación puede ser vista desde dos perspectivas diferentes: Las vacaciones pueden ser el lugar donde vamos a ver a las personas que queremos o una etapa donde al acabar vamos a tener muchísimo trabajo acumulado. Depende de ti centrar tu atención sólo en los elementos que te pueden producir felicidad. Así como transferir lo positivo de ese evento a factores personales o habilidades. Si la comida ha sido un éxito y tú la has preparado, te sentirás satisfecho. También la alegría de tus padres al ser el organizador de esa cena sorpresa así como la cantidad de risas que generará la historia que le cuentes a tus amigos.

Modular nuestras respuestas de la situación. Existe un estudio basado en esta teoría cuyos resultados concluyen que  expresar verbalmente o psíquicamente tus emociones positivas en la situación incrementa tu experiencia de bienestar.

Sonríe a tus padres, ríe a carcajadas con tus amigos o canta bien alto tu canción favorita.

Comparte los detalles de tu viaje: anécdotas, lugares interesantes, etc.

Enseña fotos de la boda o el evento al que has asistido.

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¿Y tú qué opinas? ¿Qué pequeños detalles te hacen feliz?